Si alguna vez te has preguntado por qué el cuerpo controla tan bien los ácidos del estómago, la secretina está detrás de eso. Es una hormona que se libera en el intestino delgado justo cuando llega el alimento ácido al duodeno. Su trabajo principal es equilibrar ese ácido para que el proceso digestivo sea suave y sin molestias.
En términos simples, la secretina le dice al páncreas que suelte bicarbonato, una sustancia que neutraliza el jugo gástrico. También frena un poco la producción de ácido en el estómago, evitando irritaciones. Gracias a ella, los enzimas pancreáticos pueden actuar en un ambiente menos corrosivo y descomponer mejor los nutrientes.
1. Estimula la secreción de bicarbonato. Cuando el duodeno detecta pH bajo, libera secretina al torrente sanguíneo y el páncreas responde con un chorro de líquido alcalino.
2. Reduce la producción de ácido gástrico. La hormone envía una señal a las células parietales del estómago para que disminuyan su actividad, lo que ayuda a evitar quemaduras en la mucosa intestinal.
3. Favorece el flujo biliar. Además de bicarbonato, la secretina aumenta ligeramente la cantidad de bilis que llega al intestino, facilitando la digestión de grasas.
4. Participa en la regulación del tránsito intestinal. Al equilibrar el pH, mejora la motilidad y permite una absorción más eficiente de vitaminas y minerales.
En medicina, la secretina no se usa como fármaco habitual, pero tiene dos usos clave. Primero, existe la prueba de estimulación con secretina, que ayuda a diagnosticar problemas del páncreas, como insuficiencia pancreática crónica. El médico administra secretina y mide cuánto bicarbonato produce el páncreas; una respuesta baja indica posible daño.
Segundo, en algunos casos raros de colitis o úlceras graves, los especialistas pueden usar secretina sintética para reducir la acidez y proteger la mucosa intestinal. Sin embargo, su uso está muy controlado y solo se prescribe bajo supervisión especializada.
¿Cuándo sospechar que algo no va bien con la secretina? Si tienes dolor abdominal recurrente después de comer alimentos ácidos, digestiones lentas o síntomas de reflujo persistente, podría ser señal de que el equilibrio ácido‑básico está alterado. En esos casos, consultar a un gastroenterólogo y solicitar pruebas específicas es lo más sensato.
En resumen, la secretina es una pequeña pero poderosa hormona que mantiene bajo control los ácidos del estómago y asegura que el páncreas trabaje en condiciones óptimas. Conocer su función te ayuda a entender mejor por qué algunos problemas digestivos aparecen y cómo los médicos pueden investigarlos.
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