Paracetamol genérico: qué es, cómo funciona y qué alternativas hay

El paracetamol genérico, un analgésico y antipirético ampliamente usado para aliviar el dolor leve a moderado y reducir la fiebre. También conocido como acetaminofén, es uno de los medicamentos más vendidos en todo el mundo por su eficacia y bajo costo. A diferencia de los fármacos de marca, el paracetamol genérico contiene la misma sustancia activa, en la misma dosis y con los mismos efectos, pero sin el precio elevado de la publicidad. No es un medicamento mágico, pero sí uno de los más útiles cuando se usa bien.

Lo que mucha gente no sabe es que el paracetamol, un analgésico que actúa en el sistema nervioso central para bloquear las señales de dolor y fiebre, no reduce la inflamación. Eso lo diferencia del ibuprofeno o el naproxeno, que sí son antiinflamatorios. Si tienes un dolor de cabeza por estrés o una fiebre por un resfriado, el paracetamol es ideal. Pero si te duele la rodilla por artritis, quizás necesites algo más. También es importante recordar que los medicamentos genéricos, versiones más económicas de fármacos cuya patente ha expirado no son de menor calidad. Son revisados por las mismas autoridades sanitarias que las marcas, y su eficacia está garantizada. Solo cambia el nombre, el envase y el precio.

El problema no está en el paracetamol genérico, sino en su uso excesivo. Muchas personas lo toman sin pensar, combinándolo con otros medicamentos que también lo contienen —como los que se usan para el resfriado— y eso puede llevar a una sobredosis silenciosa. El hígado es el que lo paga. Con solo un poco más de la dosis recomendada durante varios días, puedes causar daño irreversible. Por eso, siempre revisa las etiquetas de todos los medicamentos que tomes. Si no estás seguro, pregunta en la farmacia. No es una pérdida de tiempo, es una forma de cuidarte.

Si el paracetamol no te sirve, o no puedes tomarlo por problemas hepáticos, hay otras opciones. El ibuprofeno, un antiinflamatorio que también alivia el dolor y la fiebre, pero con efecto sobre la inflamación puede ser una buena alternativa, siempre que no tengas problemas estomacales o renales. Para dolores más intensos, como los de la artritis, a veces se necesitan tratamientos más específicos. Y si lo que buscas es evitar medicamentos por completo, hay enfoques no farmacológicos: calor, estiramientos, descanso, incluso técnicas de respiración pueden ayudar.

Lo que encuentras aquí no es una lista de productos, sino un conjunto de historias reales: personas que descubrieron que el paracetamol genérico no era la solución, que se equivocaron con las dosis, que encontraron alternativas mejores, o que aprendieron a usarlo sin riesgos. Algunos artículos comparan el paracetamol con el naproxeno, otros explican cómo el ibuprofeno puede dañar los riñones si se usa mal, y algunos más te enseñan a leer las etiquetas de los medicamentos sin caer en trampas. No hay consejos generales. Solo lo que funciona, lo que no, y lo que nadie te dice hasta que ya es tarde.