Lamivudina y Zidovudina: todo lo que necesitas saber

Si te han recetado lamivudina y zidovudina, seguramente quieras entender bien cómo funcionan y qué cuidados debes tener. En esta guía te explico de forma clara los puntos clave para que tomes el tratamiento con confianza.

¿Cómo funciona la combinación?

Lamivudina y zidovudina son dos antirretrovirales nucleósidos (NRTI). Cada uno bloquea una parte del ciclo de replicación del VIH, impidiendo que el virus copie su material genético. Cuando se usan juntos, su efecto es más potente porque atacan al virus desde dos frentes diferentes.

La lamivudina suele administrarse en dosis de 150 mg cada 12 horas y la zidovudina en 300 mg cada 12 horas, aunque el médico puede ajustar según tu peso, función hepática y renal. Es importante no cambiar la hora de toma sin consultar.

Consejos para un uso seguro

1. Toma los comprimidos con alimentos. La zidovudina puede irritar el estómago, así que una comida ligera ayuda a minimizar molestias.

2. No te saltes dosis. Si olvidas una toma, tómala tan pronto como lo recuerdes siempre que no hayan pasado más de 6 horas; si ya pasaron, simplemente continúa con la siguiente.

3. Controla tus análisis. Cada pocos meses el médico revisará tu carga viral y tus niveles de hemoglobina, porque la zidovudina puede causar anemia.

4. Informa sobre otros medicamentos. Algunos fármacos pueden aumentar la toxicidad o reducir la eficacia del tratamiento. Siempre menciona cualquier suplemento o receta que estés tomando.

5. Mantén una hidratación adecuada. Beber suficiente agua ayuda a los riñones a eliminar los desechos y reduce el riesgo de problemas renales.

Los efectos secundarios más comunes son náuseas, fatiga y dolor de cabeza. Si notas manchas blancas en la boca, fiebre alta o debilidad extrema, contacta a tu médico; pueden ser señales de reacciones más graves.

Recuerda que la adherencia al tratamiento es la clave para mantener la carga viral indetectable. Cada día que tomas tus pastillas correctamente, reduces el riesgo de transmisión y mejoras tu salud a largo plazo.

En caso de dudas, no dudes en preguntar a tu farmacéutico o médico. Ellos pueden aclarar cualquier inquietud sobre interacciones, ajustes de dosis o cómo manejar efectos secundarios.

Con esta información básica, estás mejor preparado para usar lamivudina y zidovudina de forma segura y eficaz. Mantente informado, sigue las indicaciones profesionales y cuida tu salud día a día.