Insomnio: ¿por qué no consigo dormir y cómo solucionarlo?
Si cada noche te das la vuelta en la cama pensando que mañana será mejor, no estás solo. El insomnio afecta a millones y suele aparecer cuando el cuerpo y la mente están fuera de sintonía. Aquí te explico de forma clara qué lo provoca, qué síntomas observar y qué puedes hacer hoy mismo para recuperar unas noches reparadoras.
Causas más habituales del insomnio
Lo primero es identificar el origen. El estrés laboral o familiar suele ser la culpable número uno: preocupaciones que no dejas ir antes de acostarte activan el cerebro y dificultan el sueño. Otros factores comunes son la cafeína (¡cuidado con ese café después del mediodía!), la exposición a pantallas justo antes de dormir, y los horarios irregulares que confunden tu reloj interno. A veces, una condición médica como apnea del sueño o problemas de tiroides también pueden estar detrás.
Señales que indican un insomnio crónico
¿Te cuesta quedarte dormido más de 30 minutos? ¿Te despiertas varias veces y no puedes volver a conciliar el sueño? Estos son indicadores claros de que el problema es más que una noche ocasional. Otros signos incluyen cansancio durante el día, irritabilidad, dificultad para concentrarse y hasta dolores de cabeza al despertar. Si notas estos síntomas durante al menos tres noches a la semana durante un mes, es hora de actuar.Una visita al médico puede descartar causas físicas y, si fuera necesario, recomendarte una terapia breve o medicación puntual. Pero en muchos casos, cambiar hábitos cotidianos basta para mejorar.
Consejos prácticos para dormir mejor
- Establece una rutina: apaga las luces y los dispositivos al menos 30 minutos antes de acostarte; un libro o música suave ayuda a bajar el ritmo.
- Controla la temperatura del dormitorio: entre 16 °C y 19 °C es ideal para que tu cuerpo se relaje.
- Lleva una agenda ligera: escribe tus preocupaciones o tareas pendientes antes de ir a la cama; sacarlas de la cabeza reduce la ansiedad.
- Limita la cafeína y el alcohol: ambos alteran las fases profundas del sueño, incluso si parecen ayudarte a dormir al principio.
- Haz ejercicio regular, pero evita entrenar justo antes de acostarte; una caminata ligera al aire libre durante el día favorece un descanso nocturno más profundo.
Si después de probar estos cambios sigues sin ver mejoras, consulta a un profesional del sueño. A veces, una terapia cognitivo‑conductual (TCC) es la mejor solución para romper el ciclo de preocupación y vigilia. Recuerda que dormir bien no es un lujo, es esencial para tu salud física y mental.
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