Espasticidad: qué es, por qué ocurre y cómo tratarla

Si alguna vez has escuchado la palabra *espasticidad* y no sabes bien a qué se refiere, no estás solo. Es una condición que hace que los músculos se vuelvan rígidos o se contraigan sin que lo quieras, lo que dificulta moverse con normalidad. En este artículo te explico de forma clara qué la provoca, cómo identificarla y qué puedes hacer para controlarla.

Causas y síntomas comunes

La espasticidad suele aparecer después de una lesión en el cerebro o la médula espinal: un accidente cerebrovascular, una lesión traumática o enfermedades como la esclerosis múltiple son los culpables más habituales. El daño afecta a los nervios que le dicen a los músculos cuándo relajarse y cuándo contraerse, y el mensaje se vuelve confuso.

Los síntomas más típicos son:

  • Rigidez muscular que empeora al final del día.
  • Movimientos bruscos o espasmos involuntarios.
  • Dificultad para caminar o para usar las manos.
  • Dolor muscular o articular secundario a la tensión.

Si notas que tus músculos se sienten “duros” o que haces movimientos que no controlas, es buena idea hablar con tu médico. Cuanto antes se detecte, más opciones tendrás para aliviarlo.

Opciones de tratamiento

En la mayoría de los casos la espasticidad se maneja con una combinación de terapias. Los médicos suelen recetar medicamentos como baclofeno, tizanidina o dantroleno para reducir la actividad muscular excesiva. Estos fármacos no curan, pero bajan la tensión y hacen que la fisioterapia sea más efectiva.

La fisioterapia es la pieza clave: estiramientos diarios, ejercicios de fortalecimiento y técnicas de relajación ayudan a mantener la amplitud de movimiento. Los fisioterapeutas también pueden usar dispositivos como barras de apoyo o férulas para entrenar la postura.

En casos más difíciles, se pueden aplicar inyecciones de toxina botulínica directamente en los músculos más afectados. La acción de la toxina bloquea la señal de contracción y suele durar varios meses, lo que da tiempo al paciente para trabajar la movilidad con menos dolor.

Otra alternativa son los tratamientos de estimulación eléctrica o la terapia con óxido nítrico, que están ganando popularidad en centros especializados. Cada opción tiene ventajas y riesgos, y la elección depende de la gravedad de la espasticidad y de la salud general del paciente.

En este sitio encontrarás artículos relacionados con medicamentos específicos, como el topiramato o el baclofeno, que pueden formar parte del plan de manejo. También puedes leer guías sobre cómo comprar fármacos de forma segura y qué precauciones tener al usar tratamientos en línea.

Lo más importante es no resignarse al malestar. Con la combinación adecuada de medicación, ejercicios y apoyo profesional, muchas personas consiguen reducir la espasticidad y recuperar una vida más activa. Si tienes dudas, consulta a tu especialista y explora los recursos que ofrecemos en esta página para tomar decisiones informadas.

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