Dolor articular: causas, tratamientos y qué medicamentos ayudan realmente

dolor articular, es una molestia común que afecta las articulaciones como las rodillas, las manos o la cadera, y puede surgir por desgaste, inflamación o lesiones. También conocido como arthralgia, no es una enfermedad en sí misma, sino una señal de que algo dentro de tu cuerpo no está funcionando bien. Mucha gente lo ignora hasta que ya no puede caminar, levantar cosas o hasta dormir sin molestias. Pero no siempre es artritis. Puede ser por sobrecarga, un golpe, una infección, o incluso por efectos secundarios de algún medicamento que tomas.

El ibuprofeno, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) muy usado para aliviar el dolor y la inflamación aparece en varios de los artículos relacionados, y con razón: es uno de los más accesibles. Pero no es el único. El naproxeno, el ingrediente activo de Aleve, también es fuerte y dura más tiempo, ideal para dolores que no se van con una sola pastilla. Sin embargo, usarlos por mucho tiempo puede dañar los riñones o provocar úlceras, como se explica en otros artículos de esta colección. Entonces, ¿qué haces si no puedes tomar AINEs? El paracetamol, un analgésico que no reduce la inflamación pero sí calma el dolor es una opción más suave, pero no sirve si tu dolor viene de una articulación inflamada.

Lo que muchos no saben es que el dolor articular no siempre se trata con pastillas. A veces, lo que necesitas es cambiar hábitos: perder peso si tienes sobrepeso, hacer ejercicios suaves para fortalecer los músculos alrededor de la articulación, o usar calor y frío en el momento adecuado. También hay casos en los que el dolor viene de una reacción alérgica o una enfermedad autoinmune, y ahí los antihistamínicos como la prometazina, usada para picazón, pero no para dolor articular, no ayudan en absoluto. Cada tipo de dolor tiene su causa, y por eso es clave identificarla antes de elegir un tratamiento.

En esta recopilación, encontrarás comparativas reales entre medicamentos como Aleve, ibuprofeno y otros, con sus ventajas, riesgos y cuándo cada uno es la mejor opción. También verás qué medicamentos pueden empeorar el dolor si los usas mal, cómo proteger tus riñones al tomar antiinflamatorios, y qué alternativas existen si los fármacos tradicionales no te funcionan. No hay soluciones mágicas, pero sí decisiones informadas. Aquí no te vamos a vender nada. Solo te damos lo que necesitas saber para elegir con seguridad.